lunes, 15 de junio de 2020

El cerco epidemiológico y el riesgo de la segunda ola. No te apures por retornar

"Como casi todos los días, revisamos la información que nuestro amigo @dacaze nos alcanza y vemos como va progresando esta bendita pandemia en el país. Debo ser sincero, veo la estadística y siempre tenemos el "pasito tuntun": una línea quebrada que un día nos preocupa y otro nos esperanza".

Ese título y ese inicio tenía este post a primero de junio, cuando programé escribirlo. La virtualización y el inicio de las labores académicas en la universidad me sacaron de este foco pero deseo escribirlo, antes que deje de sentir una sensibilidad como la de hoy para decir: salir de la cuarentena es una opción cada vez mas fuerte.

Desde el inicio de la pandemia, un número se nos quedó en la mente (2.6). Y nos indicaron que representaba el factor de contagio promedio de la enfermedad. El número reproductivo básico o "la cantidad de personas que puede contagiar un infectado al inicio de la pandemia". En el camino, sin ser ni pretender ser epidemiólogo empecé a revisar data de esa área. Clínica Mayo, la Hopkins, la OMS, la CDC, la agencia auropea, la FDA, registros alemanes, y todo lo que cayera en mis manos. Zapatero a tus zapatos, pero entendí algo. Ese numero es R0 (sub cero) es el inicial, y a estas alturas solo sirve de referencia histórica.

También, que nuestro gobierno instaló en nuestra vida el concepto de "martillazos". Acciones para "achatar la curva". A mi me gustó la comparación de la forma de la curva realizada en España por un canal que ya dejé de seguir con la frecuencia inicial: el efecto Kilimanyaro. Y justamente el perfil de la montaña simulaba incluso el huayno final en el que estamos metidos donde no es una línea continua con pendiente consistente sino una línea evidentemente quebrada. Se puede discutir si se debe a problemas en los reportes o registros, a la oportunidad en la que se analiza y se obtiene la data estadística, a la estrategia del equipo en acumular y procesar la data, entre muchas razones. Pero ya es tan recurrente que para mi gusto la incluyo en la ecuación y cambio la lectura.

Y esa R ya no es la misma (sin sub cero). Es el factor de propagación del virus cuando se encuentra en real vigor el proceso de la pandemia. El R0 entonces es el valor de referencia inicial y estático, y el R es el valor de referencia en proceso y dinámico. Y este R es el que buscamos que se diluya a menos de 1 y que significaría que cada persona infectada contagia "a menos de uno". Es decir, se estaría venciendo a la pandemia.

Además, no en todo el país la situación es la misma. Eso ya lo sabemos. Entonces, ¿porqué seguir hablando de una estrategia sanitaria país cuando la misma realidad nos ha mostrado que el norte, el oriente, el sur y Lima tienen realidades diferentes y cada zona geográfica tiene su propia curva, su propia tasa de fatalidad, su propia R? Entonces, se deben tomar acciones diferenciadas mas allá de manejar toque de queda diferente. Los gobiernos regionales y municipales deben tomar las riendas, como lo van a hacer desde hoy con los cluster o emporios y los centros comerciales.

Con la inforrmación de hoy, recibida a las 08:00 horas, podemos decir que:

1. Basados en el recuento a la fecha, los cambios globales a nivel país no son tan criticos como si lo son los momentos individuales de las personas impactadas negativamente por los martillazos, y que cada vez son mas.


2. La tasa de positivos se mantiene en el mismo nivel desde hace semanas. El incremento/disminución del número de infectados (léase positivos) se produce por el incremento/disminución del número total de pruebas. Por lo tanto, cuando en las portadas de diarios se menciona que "son tantos mas los contagiados" solo se hace referencia a que son los que se tiene un resultado de prueba que lo avale. Es decir, la tasa de positivos es mas importante que el numero de positivos, salvo que se establezca una estrategia de revisión por factor de impacto, p.e. estaciones del tren, mercados, etc. El valor en toma de decisiones y como efecto mediático es grande, pero el impacto estadístico de los resultados no lo es tanto.

3. La tasa de recuperación sigue siendo alta. Los convalescientes son cada vez mas. Y justamente dejar en libertad de movimiento a los convalescientes puede ser una buena estrategia para atacar ese bendito valor R. Digamos, martillazos a la inversa con semáforo incluido. Es decir, movilizar a nuestro batallón de convalescientes para que el virus se encuentre con ellos, asumiendo que la probabilidad de re-contagio es nula. Esto se sustenta también en que la tasa de fallecidos pareciera entrar en meseta.


4. Si queremos motivarnos, la tasa de letalidad comparada por países no está fuera de lo esperado para un virus recientemente conocido. La data indica que a pesar de la desigualdad económica evidente, de los martillazos con efectividad discutible, de la necesidad de supervivencia diaria, de la informalidad, etc., está dentro del esperado 3%.

5. Los mapas de calor (y todos los demás) confirman la movilidad del virus de acuerdo con la movilidad de las personas. Entonces, y como en buenas prácticas, hay que evitar las coincidencias en rutas y tráfico que produzcan aglomeraciones.



Insisto entonces:

"Ese título y ese inicio tenía este post a primero de junio, cuando programé escribirlo. La virtualización y el inicio de las labores académicas en la universidad me sacaron de este foco pero deseo escribirlo, antes que deje de sentir una sensibilidad como la de hoy para decir: salir de la cuarentena es una opción cada vez mas fuerte".

Emplear al convalesciente como un martillazo a la inversa podría ser una buena opción ya que pareciera que no se complicarían mas las cosas (salvo que exista data no reportada). Pero este debería ser un "martillazo quirúrgico", analizado, planificado y ejecutado con efecto milimétrico. Si no, impulsaríamos una segunda ola que se alimentaría del desorden y caos.

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