martes, 18 de agosto de 2020

Al 17 de agosto 2020, sigue quedándote en casa, please.

Difícil decir algo que no se haya dicho en todo este periodo de pandemia e infodemia, pero intentaremos que la imagen ayude:


La flexibilización sin orden, sin motivación hacia el cumplimiento de normas sanitarias, con necesidades urgentes desde todos lados, y con una voluntad comunitaria diferenciada entre "me quedo en casa" (porque puedo) o "salgo" (porque lo necesito) ha conseguido un incremento en  positivos/día de aprox 30% en dos meses y medio. Además de un incremento de la letalidad/día de casi el doble. Y una segunda ola. 

El viernes fue cumpleaños de mi padre. El es del 31 del siglo XX. Y lo primero que me pregunta es: "¿y la vacuna?". Le digo, "tu regalo es que hay varias vacunas terminando la etapa de verificación para saber si es eficaz y realizar el ajuste de dosificación (cuanto y cuantas veces debe aplicarse). Falta aplicar a la Fase III, la que se realiza con un gran número de personas. O sea, ahorita no hay, para el 2021, así que no hay de otra: hay que cuidarse". 

Por tener a mis padres operativos, aunque lejos, es que estoy de acuerdo con lo mencionado por Matuk sobre el cerco epidemiológico para Lima y que no se incrementen los casos en regiones (aplicable hacia dentro de Lima, a nivel distrital, p.e.). Tiene lógica, pero quienes tienen números mas finos deben indicarlo. También de acuerdo con el ministro Jorge Chávez, sobre incorporar el concepto de que quien sale de casa es un vector y un riesgo, por lo cual hay que manejar cuidados apropiados, mascarilla para quien sale y distanciamiento doméstico. De acuerdo con Málaga que menciona que no hay vacuna si no ha pasado fase III. No creo que estemos en condiciones de realizar un trazado de contactos apropiado, a pesar de lo que menciona el Dr Luis Solari y que sería lo apropiado (casi de los "años verdes") ya que las aplicaciones móviles podría cerrar la brecha tecnológica y de manejo de fondos personales (esos benditos bonos, "BIM-yape" hay que pensar fuera de la caja!!!).

Encima de todo ello, yo sigo con la piedra en el bolsillo... y no tengo problemas. Por si acaso, llevo mascarilla, guardo distancia, me mantengo en casa. 


Pero la piedra...creo que es el secreto (te la vendo). 

El cloro en su lugar, las normativas en el suyo. Sin embargo, nos dicen que como la gente se desespera y se emplea, hay que considerarla. En el caso del MMS ("la solución milagrosa") se debería realizar un ensayo clínico serio con quienes proponen su uso en la primera línea, ya que incluso parece que están muy informados y darían gustosos su consentimiento. Y que como se encuentra en la normativa que autoriza su uso hay que fomentar su empleo. La ivermectina, sería interesante establecer cuantas de las fabricaciones terminan en automedicación y sin registro de seguimiento.

Estuve leyendo un lindo articulo de Ricardo Falla, ¡Sapere aude!: "Los innumerables problemas derivados de la pandemia (sociales, políticos, económicos), podrán ser conjurados -en parte- gracias a la racionalidad científica" (término poco empleado en estos meses: racionalidad). Y termina con  eso de que "atreverse a saber es imperativo de siempre. Pero más necesario en momentos donde se recomienda beber lejía, donde se teme a las vacunas por ser portadoras de chips, donde se niega la mortalidad de lo que nos mantiene alejados o se pretende vivir como si nada hubiera pasado. Bajo estas circunstancias, recuperar la aspiración ilustrada, al menos en sociedades en extrema emergencia, como la nuestra, es un imperativo moral". 

Si, no hay que negar que los "conspiranoicos" y los "conspiralovers" tienen harto material.

10-4

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1 Comments:

Blogger FARBIO said...

Buen articulo Armando. Ademas suscribo completamente la cita de Ricardo falla. ¡la racionalidad es un imperativo moral!

9:40 a.m.  

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